domingo, febrero 28, 2010

Mis fieras




En estos últimos días hice una peregrinación a la catedral de Santistopmotion y, como todo viaje, tuvo inesperados resultados. Lo único realmente malo: no haber podido estar más tiempo para disfrutar a fondo toda la conexión que allí se generó.
En todos los viajes te encuentras alguna fiera, o algún fiera, por el camino. Pues mira tú que en este viaje he aprendido que de fieras está la vida llena. En este las hemos visto de todos tipos, como para hacer un bonito catálogo. Malos, bastantes, pero como los buenos... qué gran descubrimiento todos!
Formamos una bonita manada, un gran placer compartirla. ¡Sois todos unos fieras!

Paisajes de acuarela 2





Paisajes de acualera






Junto con los rotuladores, una de las cosas con las que más mejor me siento es con estas acualeras: las disfruté haciéndolas tanto como ahora viéndolas.
Una de esas cosas que miras y dices: "qué bien me lo pasé".

Eso no pasa tan a menudo como nos gustaría, pero dicen que ahí está la gracia.

El día que Marta vino a nuestras vidas



Mi prima Marta vino de muy lejos a encontrarse con nosotros y alegrarnos la vida: desde entonces es la estrella de nuestra familia. La queremos con locura, sobre todo su hermano Guillem, que es un sol y no le quita ojo. Estos dibujos son de cuando llegaron de vuelta después de un viaje tan lejos como la China.

Retratos a rotulador







Los rotuladores siempre me han gustado, qué digo, encantado. Fueron uno de los primeros materiales que compré con mi paga, me quedaba embobada mirándolos en el escaparate; tan y tan precoz fui que en la tienda de bellas artes me timaron y me los vendieron resecos (exactamente, los mismos del escaparate que tantos años me habían embelesado). Estuve un montón de tiempo echándoles alcohol para amortiguar los miles de pesetas que me habían costado. Esto no se le hace a una niña ilusionada, leñe. Sea como sea, estos rotuladores nuevos me dibujan de mil amores y pueden llegar a convertirse en un vicio. Igual que los retratos.